Con mi chica (sophie) +18

Asentí escuchando su comentario sobre el oso, en eso llevaba razón, el oso solo quería agradecérselo, y eso era algo bueno. Vi que puso su mano en el vientre del cachorro y le curó la herida. El cachorro se veía feliz, así que sonreí soltándolo, viendo cómo se fue, desapareciendo al momento. Sonreí al escuchar su comentario.

-Ha sido un placer ayudarlo doctor. -Dije sonriendo correspondiendo su beso unos segundos antes de verlo entrar. Volvió a donde estaba con dos vasos de agua, saco una silla para mí. Dejo los vasos de agua en la mesa y se sentó en su silla.

-Eres el mejor doctor que conozco. -Dije sonriéndole mientras me sentaba en la silla que me había preparado y alce mi brazo, formando una pequeña bola de agua de mi vaso que me introduje en la boca. Obviamente no podía dejar que el agua rozara ni mis labios, mi forma de beber agua era divertida, pero era algo normal en mí.

Sonreí mirándolo al escucharlo y me ruborice levemente.

-Gracias, aunque yo de enfermera tengo poco, pero bueno.. –Dije sonriendo mirándolo y observe el cielo soleado, hacia un día perfecto, y lo cierto es que aquí se estaba de maravilla. Alce mi mano, agarrando la suya, con suavidad, me gustaba sentir su piel, era cálida y acogedora.

Sonreí al notar que cogió mi mano, acariciandola. Escuche su pregunta y sonreí feliz. Aún me costaba creer que quisiera que me mudara con él. Sonreí observando sus ojos.

-Sí tú quieres, me encantaría. ¿De verdad quieres que me mude contigo? - Dije mirándolo con una sonrisa dibujada en mi rostro.

Sonreí al escucharlo, mirandolo feliz.

-Pues sí tú quieres, será un placer vivir contigo, Alastor. -Dije sonriendo y bese su mejilla sonriendole. Suponía que debía poner venta la mía. Aún no me lo creía, ¿Yo viviendo con Alastor? Era una idea buenísima.

Sonreí al escucharlo, al parecer le gustaba la idea, y eso me alagaba. Le seguí el beso brevemente antes de que se separara de mi y me dijo de comer aquí o algo fuera. Me encogí de hombros sonriendo.

-Como quieras, aunque sinceramente quiero probar algo tuyo. -Dije sonriendo.

Sonreí aun con su mano junto a la mía, era tan cálida que quería notarla junto a la mía cada vez que pudiera. Escuche su pregunta y me encogí de hombros sonriéndole. La verdad es que me daba un poco igual, seguro que sea lo que fuera que cocinara, estaría realmente delicioso.

-Bueno, eso lo dejo al gusto del chef, seguro que me gustará, sorpréndeme. -Dije sonriéndole feliz.

Sonreí mirándolo, al escuchar de comer aquí fuera o entrar a dentro. Pero comer al aire libre me gustaba más, así que me quedé donde estaba, esperándolo. Al rato salió de la cocina con la comida, albondigas con salsa de verdura. Sonreí al escucharlo y sacudí la cabeza sonriendole viendo que entró y salió con los cubiertos.

-Lo bueno se hace esperar. -Dije sonriendo y al escuchar que pusiera nota al chef. Partí una albondiga por la mitad y probé una de esas mitades, masticandola y le sonreí- Está delicioso, le doy un 10.

Me encogí de hombros sonriendo al escuchar que me lo agradeció.

-No hay de que, Alastor. -Dije sonriendo antes de seguir comiendo. La verdad es que estaba muy bueno, era un buen cocinero, aunque según mi opinión era bueno en todo prácticamente, y no me refería porque fuera un ángel. Y pensar que viviríamos juntos.. Eso me hacia feliz.


Off: Siento la tardanza

Continúe comiendo en silencio. Casi había terminado de comer cuando el termino su plato. Vi que se levantó para volver al momento con un libro en la mano. Lo escuche y sonreí terminando de comer mientras cogía el libro con cuidado, se veía muy antiguo. Lo hojee con cuidado, leyendo un poco por encima.

-Es interesante. Aunque no todo lo que cuentan es cierto, pero si hay parte de verdad aquí. -Dije sonriendo mientras cerré el libro y se lo di de nuevo a el- ¿Quieres que te cuente? -Pregunte sonriéndole.

Sonreí al oírlo y ver que se acomodó en la silla, parecía tener ganas de saber más de mi raza, aunque el parecía siempre estar encantado de aprender algo nuevo. Agarre su mano sonriendo mirándolo.

-En algunas sirenas hay un don que no tiene que ver con el agua, aunque es muy escaso, pocas sirenas tienen ese don. El don es que con el cante pueden cautivar a cualquier hombre. Aunque la mayor parte de las pocas sirenas que tienen ese don, no suelen usarlo por diversión, no solemos ser así. Es un don muy extraño, y solo lo posee el uno por ciento de las sirenas. Aunque a la hora de cantar, la mayor parte de las sirenas no tiene mala voz, pero no todas pueden cautivar a los hombres. -Dije sonriendo mirándolo.

Sonreí al escuchar su pregunta.

-En verdad no lo sé. Hay tan pocos casos, y no conozco a nadie con ese don. Ojala pudiera decirte más, pero no lo sé. -Dije sonriendo mirándolo. Era curioso, y eso en parte me gustaba, ya que se interesaba por el tema.