Dulce espera (Drew)

Estaba en mi habitación sin poder dejar de sonreír, en mi vientre ya podía notarse un pequeño bulto, nadie que me mirara a la ligera lo notaría, por las mañanas mis bebés hacian notar su presencia provocandome nauseas y a veces vómitos si lo que comía no les agradaba o eso pensaba yo, solamente sonreía ellos eran lo mejor de mi vida, ellos y su padre.
Podía sentir que los pechos me dolían un poco, eso era lo más normal, lentamente me acerqué al espejo, me quité la camiseta y me puse de perfil, me preguntaba si cuando comenzara a notarse mi embarazo y todo me creciera aún le gustaría a Drew, reí un poco por pensar así, Drew me amaba y nuestros bebés eran prueba de eso.

Llegué a casa de Ana y decidí usar las llaves que me dio ella para entrar en su casa siempre que quisiera y la verdad que me gustaría estar siempre que ella estuviera y pasar todo el tiempo posible a su lado, por lo que entré imaginando que ya estaría aquí. -¿Ana? ya estoy aquí. Dije sonriendo imaginándome la escena con los niños correteando pero decidí subir por las escaleras para buscarla en su habitación y sonreí admirándola viendo como se miraba en el espejo de lado.

Noté a Drew viéndome desde la puerta, sonriendo acaricie mi vientre susurrandole a mis bebés:
-Lo ven pequeños, su papi nos quiere mucho a los tres.
Me giré para sonreirle a Drew y me acerqué a él para poner su mano sobre mi vientre y susurrarle:
-Los niños y yo te estábamos esperando para desayunar, ¿quieres acompañarnos?

Vi como Ana se acercaba hasta mí cogiendo mi mano colocándola en su vientre que acaricié con mucha suavidad y me agaché para darle un par de besitos, uno para cada uno. -Hola bonitos, ¿qué tal estáis? Dije sonriendo y me levanté para acercar mis labios a los de ella y la besé dulcemente acariciando su mejilla dulcemente con una mano mientras con la otra acariciaba su vientre. -Te quiero mucho cielo. Dije mientras volví a besarla dulcemente abrazándome a ella con cuidado al juntar nuestros cuerpos.

Sonreí al verlo, él era lo mejor que tenía en la vida, era la mejor persona que había conocido, mi mejor amigo, mi novio, y definitivamente sería el mejor padre, sonreí y lo abracé:
-¿Vamos a comer?-pregunte sonriendo, la casa era demasiado grande para mi sola pero pronto tendría dos pequeños angelitos corriendo pro el lugar y eso hacía que valiera la pena, claro que los niños ya me daban algunos problemas, casi no podía comer, eso me preocupaba, había ido a hablar con mi ginecólogo y me había dejado algo preocupada pero no quería preocupar a Drew-vamos, los niños tienen hambre y al madre también-sonreí y lo lleve a la cocina-por cierto, ya comencé a arreglar la habitación de mi madre para que sea la de los niños.