Bajo la luz de la luna (Drew)

Hacia poco que había llegado a este pueblecito, y tras dormir un rato en casa de Clarissa, salí a dar una vuelta y despejarme. Desde poco después de mi llegada no me había transformado en loba, y siempre me gustaba disfrutar de esa sensación. Así que era de noche cuando al entrar en el bosque, me transforme en mi forma original, una loba de pelaje blanco, espeso, pero brillante y cuidado. Cogí la mochila con mis dientes, donde llevaba ropa por si pasaba algo y tenia que volver a humana, y eche a correr, atravesando el bosque a toda velocidad. Al terminar el bosque, que daba a la playa, deje mi mochila escondida entre unos matorrales a un par de metros de la playa y camine por la arena, observando la luna, que por suerte hoy no estaba llena. Aullé un poco, escuchando aullidos de otros lobos o licántropos poco después que yo, eso me hacia sentir segura y protegida por mis compañeros.

Decidí salir a pasear ya que me aburría en casa y hoy no tenía nada que hacer, entonces visité la playa ya que hacía mucho que no la admiraba, entonces me puse en marcha con tranquilidad pensando que podría haber gente pero no me importaba, aunque si no había nadie tampoco me importaba, pero mi sorpresa fue al llegar que vi la silueta de un lobo, me acerqué poco a poco hasta que descubrí quien fue, pensaba que no la volvería a ver, hacía mucho que no la veía y no vivía en este lugar, ¿estará de paso o se habrá mudado aquí? es tal y como me dijo, pelaje blanco, no recuerdo haberla visto en su forma original pero sabía que era Rosi, esperaba que me reconociese en esa forma, quizás no deba acercarme tanto pero recordé que los lobos tenían buen olfato y seguro que ya me habría olido, si no era ella quizás tenía que irme o en caso contrario plantarle cara al menos para espantarlo.

Gire la cabeza cuando un aroma familiar llego hasta mí. Busque con la mirada el dueño de ese aroma y me sorprendió verlo allí, era Drew, no pensé que volvería a verlo, la verdad. Él me estaba mirando, y a pesar de que jamás me había visto así, sabía que me habría reconocido, pues le dije en una ocasión como era mi forma lobuna. Además se podía ver reconocimiento en sus ojos. Detuve mi caminata, aun observándolo, no sabía qué hacer, si transformarme para hablar con él o no, pues la verdad me había dejado muy sorprendida.

La seguí mirando pero decidí acercarme a hablar con ella y caminé en su dirección alzando la mano en modo de saludo. -Hacía mucho que no te veía, aunque bien pensado, nunca te vi así. Dije sonriendo mientras me acerqué a ella y acaricié su linda cabecita de loba, era bastante mona en esa forma. Miré alrededor para saber si no había nadie mirando para que pudiera cambiar de forma y vestirse ya que estaría desnuda, sino podría permanecer así, no me importaba, pero de seguro que teníamos que volver a vernos y hablar de nosotros y que tal nos iban las cosas, por lo que sonreí mirándola esperando alguna reacción por su parte.

Sonreí al escucharlo y si hubiera sudo humana me hubiera reído de su comentario. Note que acaricio mi cabeza lobuna e intente sonreír, pero no sabía cómo se veían las sonrisas lobunas. Me aleje hasta donde había escondido mi mochila y escondida donde no pudiera verme, me transforme a humana y me vestí rápidamente con unos vaqueros y una camiseta simple, sin zapatillas ni nada, ya que era una playa. Salí de nuevo, dejando la mochila escondida.
-Yo también me alegro de verte, pero mejor en esta forma, ¿no crees? -Pregunte sonriendo mirándolo, mientras caminaba hasta él.

Sonreí al ver que se iba suponiendo que se iría a cambiar de forma y acerté, la vi volver vestida y escuché como me hablaba. -Tienes razón, mejor así, aunque nunca te vi como loba y reconozco que es impresionante, aunque como persona puedo acariciarte también la cabeza pero no es lo mismo. Dije sonriendo mientras la miraba, se la veía mejor que antes y todo, supongo que le fue bien nuestra ruptura, esperaba que todo le fuera mejor desde lo nuestro, nunca pude dejar de pensar en Anael y nunca funcionó las relaciones que tuve por ella, la quería y supuse que por esa razón aunque nunca lo hubiera dicho, lo nuestro no funcionara pero ahora ella y yo estábamos mejor que nunca y ya me parecía bien.

Sonreí escuchándola y miré al mar mientras me echaba hacia atrás apoyando mis manos en la arena hacia atrás. -Pues bien, la verdad... es que desde pequeño, me gustaba una niña, nunca pude decirle lo que sentía y... decidí olvidarme de ella pero nunca pude, la encontré el otro día y quedemos para vernos, la sorpresa ocurrió luego, al quedar... Dije sonriendo y sonrojándome mirando al cielo. -Confesó que me quería y siempre estuvo por mi, lo que me impresionó de verdad es que me esperaba a mi todo este tiempo. Dije sonriendo sin saber que más decir, esperaba que ella también hubiera encontrado a alguien, porque el que el amor de tu vida te corresponda era lo más hermoso que le podía ocurrir a una persona.

Sonreí al escucharlo.
-En verdad, me alegro mucho por vosotros. -Dije sinceramente mientras me sentaba en la arena, cruzando las piernas y observaba la luna. La luna desde siempre me había fascinado, aunque eso tal vez se debiera a que era licántropa, y la luna era nuestro símbolo- Yo desde entonces solo he viajado mucho, con mis padres. No he parado mucho hasta ahora que me he venido por mi cuenta. Así que no he hecho amigos nuevos hasta hace poco cuando llegue aquí, que me encontré con otra licántropa y a otro… chico que conocí también, aunque no es mi tipo. -Dije riendo, para que no se hiciera una idea equivocada. Si dude, era simplemente porque él era un ángel, pero el secreto era suyo y no iba a contarlo.

Sonreí escuchando lo que me decía, al parecer había estado viajando en todo este tiempo, y no conoció a mucha gente, dos personas al parecer, una licántropa y otro chico, añadió que no era su tipo sin saber porque lo dijo, no tenía que darme explicaciones a mi, lo nuestro acabó y me alegraba al menos contar con ella como una de mis mejores amigas. -Tranquila, no tienes que darme explicaciones, de verdad, somos amigos y te deseo lo mejor, ojala consigas ser feliz con la persona que amas. Dije sonriendo y pasando mi brazo por sus hombros por los viejos tiempos, esperaba que no le importase, seguí sonriendo mientras pensaba en cuanto había cambiado. -Siempre que me necesites, sabes que te ayudaré, ah si, y te tengo que presentar a Ana, seguro que os llevaréis muy bien, es muy buena y... es como yo, ya sabes. Dije sonriendo abrazándome a ella mientras esperaba a que supiera que me refería a que Anael era ángel, parte de lo que yo era.