Mi primera noche en el hotel, ¿o amanecer? (Jake) +18

Sonreí escuchándola y asentí, entonces entré dentro del ascensor junto con ella y piqué a la tercera planta y la miré sonriendo. -Pura casualidad, en realidad no sabía como eran las llaves de aquí, por lo que aunque esperase a que me la diese tendría dos entonces, pero solo tengo esta, puedo invocar cosas no hacerlas desaparecer, por lo que quiere decir que fue la suerte o el destino, lo que prefieras pensar, creo que la suerte. Dije sonriendo mientras sentía como el ascensor subía y la miré sonriendo y desvié la mirada por todo el ascensor como si fuera un niño, y me fijé en la placa que suele llevar los ascensores y ponía máximo 6 personas, entonces miré a la puerta esperando para llegar a la tercera planta.

Sonreí escuchándola mientras esperaba junto a ella a que el ascensor llegara a la tercera planta y varios segundos se abrieron las puertas y vi el gesto que hizo para que la siguiera y fui detrás de ella mientras pensaba si estarían nuestras habitaciones puerta con puerta o al lado de otras habitaciones, entonces sería una lástima, pero se me ocurrió mirar el reloj por si no era demasiado temprano aún, y si faltase aún una hora o dos, podría pasar un rato con ella para que no se sintiera sola. -Aún faltará un rato para que amanezca, si quieres podemos hablar aunque si estás cansada y deseas descansar pues no te preocupes, descansa, nos veríamos mañana entonces. Dije sonriendo y con amabilidad, entonces mire los números de las puertas y viendo como poco a poco se acercaba a nuestros números de habitación.

Caminaba a su lado hasta encontrar nuestras habitaciones que daban puerta con puerta y sonreí al escuchar que me invitaba a pasar y asentí, por lo que guardé la llave de mi habitación en el bolsillo y cerré la puerta mientras veía como se desabrochaba sus zapatillas y descalzarse, entonces sonriendo me dirigí a una silla para sentarme y admirarla sentada en la cama de matrimonio como solían haber en todas las habitaciones de hoteles, las individuales se guardaban para los moteles. -Bueno pues...ya que empecemos con el tema familiar, mi madre humana era muy buena, siempre me prestaba atención y me cuidaba, desde que nací hasta cinco años después que nació mi hermana, aunque a mi hermana no le hacía mucho caso y nuca entendí porque, siempre era yo primero. Dije sonriendo ligeramente mientras que mi rostro se volvía serio y algo triste pensando en lo que tuvo que pasar mi hermana sin que nuestra madre le hiciera mucho caso a ella, pero nunca perdonaría a nuestro padre por habérsela llevado y dejado a mamá sola.

Escuché lo que decía y al ver que sacaba una lágrima que con rapidez se secó me acerqué a la cama y me tumbé a su lado mientras la miraba a los ojos un poco triste por lo que tuvo que pasar ella. -¿Te encuentras bien? las vidas de los vampiros y demonios es muy dura, sobre todo con padres como los nuestros, pero no te preocupes, nunca más estarás sola, me tienes para cualquier cosa que necesites. Dije sonriendo mientras la miraba y miré al techo en la misma posición que ella pensando en lo que hubiera pasado si nuestros padres no hubieran sido iguales, uno de nosotros no estaría aquí y no la conocería, cosa que lamentaría el no poder hacerla compañía.

Oí lo que iba diciendo y me entristecía escucharla, pero seguro que mi madre habría hecho exactamente lo mismo por mi, así eran las madres, amaban a sus hijos de tal manera que sacrificarían sus propias vidas para dar a luz, entonces me sonrojé cuando me pidió un favor, entonces sonreí levemente. -Claro que puedes abrazarme. Dije sonriendo levemente y me acerqué un poco a ella rodeándola con los brazos para abrazarla y acariciar su espalda. -No te preocupes más, ya no estás sola, los que te quieren, son capaces de dar su vida por ti, y yo al menos lo haría, me caes bien y no soportaría perderte. Dije casi susurrando y sonriendo levemente sin separarme de ella aún.

Me sonrojé lo que dijo de que olía bien y pensé en porque lo decía, sabía que era mitad vampiro pero que me oliera y me dijera que olía bien... esperaba que no tuviera ganas de beberme, pensé bromeando y sentí un beso en mi mejilla, me sonrojé por lo que hizo y acerqué mis labios a su cuello acariciando su espalda y su cabello, rozando mis labios con su cuello fui subiendo hasta su mandíbula y me despegué poco a poco y la miré a los ojos algo sonrojado por lo que había sentido en mi cuello pero quería algo más, aunque supuse que sería algo precipitado. Pensé en la posibilidad que habría de que vuelva a mi habitación y se me ocurrió que más de las que me imaginaba aunque aún seguía aquí con ella y bien pegados los dos todavía por lo que esperé entonces a su reacción. -Gracias, tú también. Dije sonriendo siendo lo único que se me ocurrió pero siendo cierto de todas maneras y sin poder apartar la vista de sus ojos salvo un instante que miré sus labios y volví a sus ojos.

Mientras la miraba, me sonrojé pensando en lo que me gustaría que pasara y que no lo haría, pero para mi sorpresa me besó pero no de un modo lento y... más bien fue apasionado y frenético, como si lo deseara desde mucho tiempo, pero seguí el beso ya que sus labios me hicieron desearla más, subí una de mis manos a a su mejilla que acaricié lentamente y me separé lentamente. -Christie... no quería decirlo pero siento algo por ti desde que te vi en el bar, por eso si va a pasar algo por ti no te decepcionaré, solo quiero saber si tengo una oportunidad a tu lado. Dije mirándola serio ya que para mi no era ninguna broma, nunca antes había sentido esto por nadie y haría lo posible por que esto funcionara si así ella lo querría, entonces esperé su respuesta mientras volví a mirar sus labios que ya echaba de menos junto a los míos.

Me sonrojé por lo que me iba diciendo, se suponía entonces que me daba una oportunidad a mi, significaba entonces que éramos algo ella y yo, ¿éramos novios? o pareja, o como lo suelan decir ahora, eso me alegraba, pero entonces pude oír el tono seductor de ella diciéndome que le diera lo mejor de mi por hoy, no me gusta lo de por hoy, quería si pudiera cada día, estar con ella a su lado pero por el momento, esa misma noche la pasaría con ella por lo que me puse delante de ella besándola apasionadamente y acariciando su mejilla y fui bajando mi caricia por su cuello lentamente hasta uno de sus pechos y más abajo hasta sus caderas que acaricié con delicadeza sin despegar mis labios de ella, entonces metí mi lengua buscando la suya para que jugaran la una con la otra, entonces bajé un poco más mi mano hasta su pierna y luego la llevé un poco más atrás donde estaba su nalga.

Sonreí al notar que me seguía no solo el beso sino el juego de nuestras lenguas y continué sin parar sintiendo como bajaba sus manos desde mi nuca hasta mi cintura y luego metiéndolas por debajo de mi camiseta, entonces acaricié sus nalgas lentamente apretando ligeramente mis manos y esperando que le gustara aunque al parecer sus jadeos hablaban por ella y eso me gustaba más, por lo que dejé una mano en una de sus nalgas y subí la otra hasta su mejilla que acaricié lenta y suavemente siguiendo el beso apasionado y la tumbé en la cama poniéndome encima de ella sin dejar de seguir cada movimiento, gesto y acto que estábamos haciendo, sintiendo entonces como la temperatura aumentaba aunque ella no sabría si lo sentiría al ser mitad vampiro.

Me sonrojé por lo que dijo al separarse de que le sobraba la ropa y sonriendo le susurré. -A mi también, que te parece este trato, me quitas la ropa y yo te la quito a ti. Dije sonriendo sintiendo como cogía mi rostro entre sus manos y me besaba siguiendo el juego de nuestras lenguas como antes y lo seguí abrazándome todo lo posible a ella y acariciando aún su mejilla con una mano y su nalga con la otra, subí poco a poco hasta su cintura y la otra la bajé hasta su cintura para comenzar a quitarle poco a poco su ropa.

Sonreí al saber que le gustaba el trato y seguí el beso con lengua que ella empezó y yo lo continuaba, entonces comencé a quitarle poco a poco la ropa empezando por la parte de arriba y así dejar ver su sostén y su linda piel tan suave que acaricié con suavidad y delicadeza con la yema de los dedos despacio sin dejar de besarla apasionadamente y con el juego de nuestras lenguas que seguía y no quería pararlo, no por el momento, entonces llevé una de mis manos a uno de sus pechos y lo acaricié con suavidad mientras la otra mano la llevé por su espalda hasta intentar quitarle el sostén.

Conseguí quitarle el sostén y noté como ella bajaba sus manos hasta quitarme la camiseta, entonces me volvió a besarme con intensidad y siguiendo el juego de lenguas, además de que comenzó a acariciarme el torso desnudo con ambas manos lo que me hizo excitarme y dejé que hiciera mientras llevé mis manos a sus pechos que acaricié con suavidad y masajeándolos con delicadeza sin dejar de besarla en ningún momento, sintiéndome más feliz por el momento, el calor aumentaba y el placer aún estaba por llegar, solo esperaba poder satisfacerla.