Mi llegada algo.. peculiar (Libre)

Hoy había sido un muy mal dia apra mi, mi tia estaba enferma y no habñia querido despegharme de su lado en todo el dia, cuando finalmente se durmio decidi ir a dar un paseo para despejar mi mente, estaba más que agotada tanto fisica como mentalmente, el bosque, que conocia como la palma de mi mano siempre lograba relajartme y felizmente hoy no fue la excepcion.
Mientras caminaba mo pude evitar sentir algo extraño en el ambiente, era el olor de otro lobo, era un olor nuevo, ningun lobo del lugar tenia ese olor, decidi ir a ver de quien se trataba ya que queria estar segura de si era o no un peligro. siguiendo el olor llegué a un claro del bosque y vi un lobo blanco, definitivamente era alguien como yo, me acerqué con cuidado para que no creyera que yo era peligrosa:
-Hola; supongo que eres nueva en el lugar, soy Clarissa auqneu todos me llaman Clary, soy como tu, no dbees tenerme miedo.

Me llegó aroma a licantropo justo antes de ver aparecer a una chica que parecía de mi edad. Se acerco hasta mi antes de saludarme y presentarse y decirme que era como yo. Sonreír en mi fuero interno, ya que los lobos no sonreían. Pero en esta forma no podía hablar, debería transformarme en humana. Mire hacia todos los lados del bosque y después de coger mi mochila con los dientes, dirigirme a un árbol cercano, esperaba que entendiera lo que iva a hacer. Me transforme a humana y me vesti rápidamente, poniéndome un pantalón vaquero y una camiseta color beige con adornos violetas. Cogí la mochila y corrí hacia ella de nuevo.
-Hola Clary, yo soy Rosalinda, pero puedes llamarme Rosi. -Dije llevándome una mano al dorso de mi otro brazo, donde tenía el rasguño de antes, como humana las heridas me escocian más.

Cuando vi a la chica alejarse con la mochila no tarde en tender que sucedia, poco después regreso ya convertida en humana y se presentó:
-Hola Rosi; es un placer conocerte, solamente por curiosidad ¿eres nueva por aquí?-aun estaba sonriendo como para intentar inspirarle confianza-es que yo vivo aquí desde los 15 y no recuerdo haberte visto antes, nisiquiera cuando visito las manadas que viven por aqui; yo vivo solamente con mi tia y no estoy en ninguna manada por ahora.
Note que se rascaba el brazo y como yo con frecuencia tanto como loba o como humana me lastimaba de mi bolso saqué un pequeño frasquito que tenia una crema para las heridas pequeñas y raspones y se lo dí:
-Toma, eso aliviara eso y evitara que te rasques y lo empeores o se infecte.

Asentí escuchándola, obvio que no me conociera, acababa de llegar aquí.
-Pues si, la verdad, justamente acabo de llegar a esta zona. Por cierto, ¿dónde estoy exactamente? Me separe de mis padres hace unos días y llevo corriendo desde entonces, pero no se donde estoy. -Dije mirándola, y observe que saco un pequeño frasquito. Me colgué la mochila sobre un hombro y lo acepte, abriéndolo- Muchas gracias Clary. -Dije cogiendo un poquito de crema, antes de untármelo en la herida. Le devolví el frasquito a ella, sonriendo agradecida.

La chica me parecía muy tierna, no me había equivocado, era nueva en este lugar, seguramente ni siquiera tenia manada o algo parecido, ya luego tendría tiempo para encontrar una, por este lugar todos, al menos los lobos, eramos buenos unos con otros, todos teníamos que ayudarnos, a pesar de que yo ya no era parte de una manada obviamente llevaba más tiempo que ella aquí así que podría ayudarla:
- Pues, estas en Magic World, supongo que no tienes donde quedarte, si quieres puedes quedarte conmigo y mi tía hasta que encuentres algo mejor, si necesitas un trabajo o algo, también puedo ayudarte con eso, vivo aquí desde que tengo 15 años y conozco a muchas personas, ademas si prefieres también hay muchos licantropos que suelen llevar vidas normales con los humanos, ellos también pueden ayudarte, siempre que tenemos al oportunidad nos ayudamos unos a otros, si quieres unirte a una manada también podrás hacerlo sin problemas, hay muchas por aquí que seguramente estarán felices de recibirte, es mejor para nosotros estar en manadas, es más seguro.
La verdad era que antes de percatarme ya había dado todo un discurso, eso me sucedía con frecuencia cuando conocía a alguien nuevo y mucho más aún si era alguien como yo.

Sonreí escuchándola. La verdad es que era una chica muy amable. No le había preguntado nada y ya me había solucionado donde quedarme, y hasta me podía encontrar trabajo. Jamás nadie me había ayudado tanto sin conocerme de nada.
-Muchas gracias por todo. Si me puedes ayudar a encontrar un trabajo, alquilare un piso baratito cuanto antes. Prometo no molestar mucho, y además de que me conformo con un sitio donde dormir. Y estoy segura de que si los licántropos son tan amables como tú, me llevare bien con ellos. Tenemos que cuidarnos entre nosotros. -Dije sonriendo.

La chica me agradaba, y mucho, la verdad era que hace algún tiempo que no tenia amigas, era mejor así, tenia más tiempo para mi y mis asuntos, pero extrañaba tener a alguien con quien poder hablar sin problemas y sin tener que ocultarle la verdad:
-Pues, no te apresures, puedes quedarte en mi casa cuanto necesites, como tu dijiste, debemos cuidarnos entre nosotros-suspiré sin dejar de sonreír-la mayoría somos buenos, aunque sabes que siempre tenemos excepciones, las cosas suelen más fáciles una vez consigues una manada, es como una obligación protegerse entre la manada; bueno, si quieres te enseño el lugar o podemos ir a casa para que descanses y te instales y mañana te presento a algunos lobos que podrían ayudarte.

Sonrió escuchándola, era una buena chica. Intuía que nos llevaríamos bien, y seriamos buenas amigas, de eso estaba segura.
-Cierto, pero no quiero causar molestias. Primero te agradecería que me enseñaras esto un poco, quiero memorizarlo para no perderme. -Dije sonriendo mirándola- Después ya me instalare y descansare un poco. -Dije sonriendo.

La chica de verdad me agradaba; sonreí y asentí:
-Pues si eso quieres por mi esta bien; sígueme.
Comencé a caminar por el bosque asegurándome de que ella me seguía, le explicaba lo que sabía de las manadas del lugar y de los puntos de reunión de todos los que eran como nosotras; la verdad era que la forma más fácil de lograrlo era durante las lunas llenas que era cuando todas las manadas se reunían y así se lo hice saber, una vez terminé con las cosas generales sobre el lugar la miré sonriendo:
-¿Quieres seguir caminando o te llevo a casa para que descanses?

Sonreí asintiendo, y la seguí mientras ella me hablaba de todo un poco en general, como de lo que sabía de las manadas de aquí, de los puntos de reunión y de cuando mejor reunirse las manadas que era en las noches de luna llena. Cuando termino me pregunto si quería seguir caminando o quería descansar ya.
-Muchas gracias por explicarme todo. Ahora quisiera descansar un poco. Los bosques no son el mejor sitio para dormir. -Dije sonriendo amablemente.

Sonreí a lo que dijo, definitivamente tenia razón, los bosques no eran los mejores sitios para dormir:
-De acuerdo; sígueme, mi casa esta cerca de aquí, no tendremos que caminar mucho, las habitaciones están en el segundo piso, tenemos cinco en total, mi tía y yo utilizamos las del fondo del pasillo, puedes elegir cualquiera de las otras, todas están amuebladas, solamente tendríamos que ponerles sábanas y eso no será difícil.

Sonrio escuchandola y asenti, hechando a caminar a su lado, siguiendola hacia su casa.
-Suena a una casa muy grande. Me gustara la habitacion que sea, las tres estaran mas que comodas. -Dije sonriendo mirandola.

La chica parecía animada con la idea la verdad a mi también me emocionaba lo de tener a alguien más en la casa no era que mi tía no contará pero era diferente tener a alguien casi de mi edad definitivamente sería divertido:
-Seguramente que si pero de todos modos podrás elegir la que quieras
Continué caminando hasta la casa y me detuve en la puerta:
-¿Lista?-era una pregunta más para mi que para ella.