En busca de empleo (Jake D. Skarsgard)

Acababa de anochecer, ni siquiera había mirado la hora, no me gustaba controlar el tiempo mediante esos extraños mecanismos que llamaban relojes. Me había dado una ducha y unas buenas horas de sueño tras llegar al hotel bastante agotada físicamente. Pero ahora estaba lista. Me había puesto unos simples vaqueros, y una camisa oscura, aparte de mis converse, y mi pelo ondulado y rubio cayendo en cascada por mis hombros. Mi ropa era escasa y se podia contar con las manos.

Salí del hotel y suspire hondo, disfrutando de la oscuridad, era lo único que me gustaba poder sentir. Caminaba con las calles con rostro inexpresivo, observando los humanos que iban de un lado a otro, olían demasiado bien, debería ir de caza en un par de días como mucho. La suerte se ponía de mi parte, divise el cartel de un bar-restaurante en el que buscaban empleados. Entre en él y me dirigí al camarero que atendía en la barra.

-Perdone, he visto que necesitan empleados y yo busco trabajo. -Dije con voz inexpresiva, observando como el humano me echaba un vistazo de arriba abajo, algo que me irrito aunque me contuve porque verdaderamente necesitaba ese trabajo. El empezó a explicarme que necesitaba un par de camareros.

Suspire algo resignada y lo alcance. Encima se había enfadado.
-Lo siento, pero no me gusta y punto. No puedo evitarlo. No he tenido una vida demasiado buena. Me han hecho sufrir y no es fácil de aceptar. No voy a permitir que me hagan más daño nunca. -Dije lo mejor que supe.

Lo mire sin entender y volvi a seguirle los pasos con facilidad.
-¿Que? Sabes que me refiero a psicológicamente. Mira, para estar así, me voy. Paso de perder el tiempo. Además, veo que aquí sobro. -Dije dandome la vuelta con la intención de volver al hotel.

Me detuve suspirando al oírlo. Tenía razón. Debía cumplir mi palabra. Volví sobre mis pasos y seguí caminando a su lado.
-Claro que lo soy. ¿Por quién me tomas? Sólo que se cuando sobro en un sitio. Además, ¿se supone que debe importarme que te vayas del pueblo? -Pregunte arqueando una ceja, mirándolo divertida.

Lo escuche mientras caminaba en silencio a su lado y sacudi la cabeza. ¿Mi amigo o algo.más? Pues le iba a costar. Precisamente eso era algo.que yo quería evitar, coger cariño a alguien. Observe sorprendida que una lata de refresco apareció en su mano y después me ofreció a mi. Sacudi la cabeza.
-Gracias, pero no es esa clase de bebidas las que me gustan. Y perdona que te diga, pero las amistades hay que ganarselas. Y eso prefiero evitarlo ahora mismo -Dije esto último en un murmullo apenas audible.

Escuche su historia con atención. Su vida tampoco había sido buena.
-Yo tengo casi 200 años, mate a mi madre al nacer, no me quedó más remedio, ella era humana y yo más fuerte que ella incluso en su vientre aún. -Dije bajando la cabeza con culpabilidad- Me crío mi tía. Tras su muerte me sentía sola y busque a mi padre. Pero el era un cabron que sólo jugo con mi madre y me hecho de su vida de muy malos modos. -Dije con los dientes apretados de furia. Lo odiaba con toda mi alma.

Lo escuche y asenti pensando ahora que quizás yo también tuviera hermanos por parte de mi padre, los cuales hubieran pasado lo mismo que yo, quizás mayores o más pequeños que yo. En el momento que terminó de hablar la farola por donde pasábamos, estalló en muchos pedacitos de cristal, pero evitó que me cayeran sobre mi.
-Gracias. -Dije mirándolo ocultando mi sorpresa, era la primera vez que alguien se preocupaba porque no me hiciera daño. Aparte la mirada y sacudi la cabeza levemente- Bueno, mi padre biológico es un vampiro, aunque me avergüenza que sea mi padre, para mi es un completo desconocido. El sólo usa a las mujeres humanas jóvenes por diversión, ya entiendes lo que digo supongo, y a veces también para alimentarse de ellas. Quién sabe sí también tendré hermanastros en mi misma situación. -Dije con un mueca de asco y odio, pensar en mi padre me ponía de mala leche.

Asentí escuchándolo.
-Bueno, si a mi padre le pasara algo, me alegraría. Porque solo soy medio vampira y no tengo la misma fuerza que el, si no me vengaría por lo que le hizo a mi madre. Si el no la hubiera usado, yo no hubiera nacido y mi madre hubiera vivido completa y no que murió joven por mi causa. -Dije con un suspiro resignado. Agradecía al menos que me escuchara, ya que jamás había podido hablar con nadie, y esta carga siempre la había llevado yo sola.

Asentí escuchándolo.
-Por lo menos tendrás a alguien cuando la encuentres. A mí no me queda nada ni nadie por lo que luchar. Ahora mismo, lo más interesante es mi vida es ese empleo en el bar. -Dije arqueando una ceja, ya que no era ni siquiera interesante. Simplemente era lo único que tendría de rutina. Dormir de día, trabajar de noche y de vuelta a empezar. Ese pensamiento era algo deprimente.

Suspire encogiéndome de hombros.
-La sangre os une, eso ya es algo creo yo. Yo no tengo ni familia, ni amigos ni nada de eso. Así que estoy más sola que tú. -Dije con la vista fija hacia delante, mientras caminaba, aunque en realidad no le prestaba atención a nada, solo sumida en mis pensamientos- Pero mejor cambiemos de tema, esto es deprimente. -Dije con un suspiro. Sacudí la cabeza, sacando todos esos pensamientos tan serios de mi mente.

Lo escuche y asentí.
-Yo nunca me he detenido en un sitio más de un par de días. En la búsqueda de mi padre solo me detenía lo suficiente para buscarlo e irme y proseguir con la búsqueda. Además de que solo suelo salir de noche, el sol me debilita. Y lo cierto es que yo prefiero sola, ¿Cómo suelen decir? Ah, sí. Mejor sola que mal acompañada. La gente solo sirve para que te hagan daño. -Dije y alce la vista al escuchar que siempre que lo necesitase, estaría aquí, y lo mire sin poder esconder la sorpresa de mi rostro, al escuchar que se quedaría un tiempo, ¿por mí? Volví la vista al frente sin saber que decir. Eso me había dejado demasiado sorprendida, para saber lo que decirle.

Lo escuche y asentí. Mi vida era mala suerte pura, ¿qué se le iba a hacer?
-Ya encontraras a alguien que te acompañe en tus viajes. -Dije mirando hacia el frente. ¿Por qué pensar eso me hacía sentir mal? Realmente hoy no era mi día. Me detuve a escuchar que me acompañaría al hotel y asentí- Es por aquí. -Dije sonriendo un poco mientras me daba la vuelta, el hotel estaba hacia el otro lado. Eche a caminar algo distraída, mientras seguía el rastro que me llevaría de vuelta al hotel.

Asenti escuchandolo. ¿Porque me ponía tan furiosa el sólo pensar que el encontrara alguien con quién viajar? No lo entendía. No entendía el cual me hacia tener ese sentimiento. Frunci el ceño , algo preocupada por eso, ya que no debía encariñarme con nadie.
-Quizás lleves razón, y sea bueno encontrar a alguien así, pero, ¿de que sirve encontrar compañero de viaje sí después van a hacerte daño? -Pregunté bajando la vista con un suspiro. No podía evitar esos pensamientos, no lo había pasado bien.

Lo escuche y asentí, en eso tenía razón. No podía dejar llevarme por esos sentimientos tan deprimentes, de pensar que me harían daño.
-Tienes razón. Quizá yo también deba encontrar un compañero. -Dije y fruncí el ceño nuevamente, con la palabra compañero se me venía a la mente él. Sacudí la cabeza levemente y baje la vista al suelo- Claro que por ahora prefiero quedarme en un sitio fijo. Llevo demasiados siglos viajando y eso ya aburre un poco. Por el momento me quedare aquí un tiempo, el que pueda verdaderamente. -Dije alzando la vista al frente, mientras guardaba mis manos en los bolsillos de mi chaqueta.