En busca de empleo (Jake D. Skarsgard)

Acababa de anochecer, ni siquiera había mirado la hora, no me gustaba controlar el tiempo mediante esos extraños mecanismos que llamaban relojes. Me había dado una ducha y unas buenas horas de sueño tras llegar al hotel bastante agotada físicamente. Pero ahora estaba lista. Me había puesto unos simples vaqueros, y una camisa oscura, aparte de mis converse, y mi pelo ondulado y rubio cayendo en cascada por mis hombros. Mi ropa era escasa y se podia contar con las manos.

Salí del hotel y suspire hondo, disfrutando de la oscuridad, era lo único que me gustaba poder sentir. Caminaba con las calles con rostro inexpresivo, observando los humanos que iban de un lado a otro, olían demasiado bien, debería ir de caza en un par de días como mucho. La suerte se ponía de mi parte, divise el cartel de un bar-restaurante en el que buscaban empleados. Entre en él y me dirigí al camarero que atendía en la barra.

-Perdone, he visto que necesitan empleados y yo busco trabajo. -Dije con voz inexpresiva, observando como el humano me echaba un vistazo de arriba abajo, algo que me irrito aunque me contuve porque verdaderamente necesitaba ese trabajo. El empezó a explicarme que necesitaba un par de camareros.

Asentí, lo sabía. En unos años debería irme de aquí, no sabía cuantos, pero debería irme, aunque aún no sabía a donde.
-Cierto, un día tendré que irme, pero no pienso en eso, por ahora vivo aquí. -Dije y al escuchar su comentario sobre esos humanos, me reí un poco- No voy a llamarte siempre, mi jefe acabara prohibiéndote la entrada. Ya me las apañare, para darles una lección que jamás olvidaran. -Dije sonriendo al pensar en eso. Como no me dejaran, me tocaría ir... de caza, y no de animales precisamente. Debía enseñarles que con una semi-vampira no jugaba nadie.

Lo mire y reí.
-Ya encontrarás otras maneras de divertirte. Y en referente a lo de lucirte, ¿no tendrías que tener alguien ante quién lucirte primero? -Dije sonriendo mientras caminaba aún con mis pensamientos, todos alrededor de el, algo que además de que me ponía nerviosa, me inquietaba pensar que estaba cogiendole aprecio, puesto que no me convenía, podían hacerme daño, y ya había pasado bastante.

Lo escuche y no pude evitar reír. Obviamente sólo trataba que viera ese punto de vista, y en verdad era fácil verlo. Quizás tuviera razón, y no todo el mundo fuera mala gente. Me mordi el labio pensando en eso, dándole vueltas a ese punto de vista.
-Bueno, quizás lleves razón. Pero dame un motivo por el cual deba firme de ti, por ejemplo. -Dije mirándolo sonriendo.

Lo escuche y no pude evitar reírme ante la expresión que uso. ¿Tanto asustaba yo?
-Bueno, ten en cuenta que apenas nos conocíamos y yo en principio soy muy cerrada a la gente. Pero me caes bien, creo que hare una excepción contigo. Al fin y al cabo, tu vida es ligeramente parecida a la mía, ¿no? -Pregunte sonriendo. Había admitido que me caía bien. ¿Cuándo había hecho yo eso con alguien? Era todo un alago viniendo de mi parte, y suponía que se daría cuenta de ello.

Lo escuche atentamente realmente sorprendida. Él quería que yo fuera su acompañante. ¿Iba en serio o era una broma? Aunque me sorprendió más cuando dijo que me echaría de menos si no me volviera a ver y que incluso se preocuparía de si me hubiera pasado algo, poniéndose en lo peor. Era la primera vez que me decían algo así en muchísimo tiempo, desde que era una cría, cuando murió mi tía, y en verdad no sabía cómo sentirme.
-Vaya, jamás pensé que alguien se preocupara por mí, tras la muerte de mi tía, tantos años atrás. ¿Debo sentirme alagada? -Pregunte más retóricamente que otra cosa, no esperaba respuesta a eso- Supongo que no vendrá mal tener un compañero, pero te recuerdo que de aquí no me moveré en un tiempo. -Dije con expresión indiferente. Aún debía acostumbrarme a esto de volver a ser “civilizada”, con el al menos.

Lo escuche aun mas sorprendida, eso si que no me lo esperaba, para nada.
-Gracias, supongo.. -Dije sin saber que mas decir, pues nunca se habían preocupado tanto por mi. Gracias a Dios, habíamos llegado a la puerta del hotel- Aquí es. -Dije deteniéndome, sonriendo un poco, mirándolo a el. No podía creer lo que pasaba por mi mente justo ahora. Suspire mirándolo sonriendo- ¿Tienes dinero para una habitación? Te debo un favor, al fin y al cabo, por todo. - Dije mirándolo, con una pequeña sonrisa sincera asomando en mi rostro.

Sonreí asintiendo. Sólo trataba de ser amable, pero sí podía pagarse una.. Me cedió el paso a mi primero y pase caminando llegando a recepción.
-Estoy segura de que nos veremos de nuevo, tenlo por seguro. Y por cierto, yo estaré en la planta tercera, habitación 134. -Dije guiñandole un ojo sonriendo antes de dirigirme al ascensor.