Reencuentro familiar, búsqueda finalizada (Eva Skarsgard)

Por fin di con mi hermana y fui a buscarla sin demora alguna, teniendo una pequeña caja, como si fuera una especie de cofre o algo, no sabía muy bien que eran los grabados pero parecía otra lengua, pero pensar que esto le dejó nuestra madre a Eva. En ningún momento me dijo que no mirara por lo que al recibirlo le eché un vistazo dentro, y contenía un diario de mamá, entre las páginas pude encontrar una pulsera que solía llevar ella siempre y el mismo día que desaparecieron se la quitó, ahora se donde estuvo todo este tiempo este objeto, habían varias cartas que escribía para mandárselas si la encontraba, aunque nunca lo hizo, además de una foto en la que salíamos todos cuando ella apenas tenía pocos meses y estaba en brazos de mamá y ambas parecían felices, unas pocas joyas que heredaba su familia de generación en generación y pocos papeles más, al parecer todo este contenido era muy importante para mamá y lo expresaba en el diario, aunque nunca lo leí, solo echaba un vistazo por encima y rapidito.
Conseguí llegar a la casa con un jardín y parecía más bien el jardín botánico de algún lugar público, pero decidí espabilarme y tras sorprenderme fui hasta la puerta y piqué tres veces a la puerta esperando una respuesta o que abrieran la puerta, un poco nervioso pensando si se acordará de mi o si la reconoceré, papá seguro que no me olvidaría, al menos me olería y Eva... esperaba que estuviera bien, aunque al parecer parecía mejor que bien, eso me hacía sentirme mejor aunque podría ser solo fachada y en su interior estar peor de lo que se apreciaba a simple vista, sería mejor esperar a ver su reacción, ver como se encontraba y esperar a que me recordase para entregarle lo que le pertenecía.

- Traeme...aquel manus...crito á....rabe queri...da- La voz del anciano, antaño poderosa como para hacer que cualquiera temblara con solo tres palabras, la misma que era capaz de hacerte sentir el ser más agraciado del universo, o el engendro más deplorable jamás nacido. Aquella voz que marcó tantos puntos importantes en mi vida ahora no era más que un eco de lo que fue en algún glorioso pasado, perdiéndose en las paredes de la ostentosa mansión Las frases no salían con la misma fluidez y precisión de antes y al hombre, aparentemente joven, que yacía en la cama le costaba expresar sus ideas. Como si hubiera una especie de muro en su mente que le impedía decir lo que quería con exactitud. Observé a mi padre con aparente calma, pero con un dolor que me partía el alma que me quedaba.

Cumplí su orden en cuestión de segundos, retirando con cuidado el aludido escrito de la gran estantería que ocupaba la pared frente a su lecho. No necesite siquiera buscarlo, ya que conocía de memoria la ubicación de cada cosa en este sitio. Suavemente coloqué el objeto en su regazo, a fin de que pudiera examinarlo. No me es posible explicar lo desesperante de mi situación. Con todo mi conocimiento en botánica, era incapaz de ayudar a aquel ser que tanto adoraba. A la vez, no podía expresar mi frustración ni demostrar lo nerviosa que me sentía, sería imprudente de mi parte dejarme llevar por aquellas emociones inútiles en un momento tan delicado como este. Estaba comenzando a ahogarme en mi propia desesperación. Me senté en una poltrona cercana a la biblioteca y cerré los ojos, intentando olvidar por un momento el hilo del que pendía todo. Oía el sonido de la brisa golpeando muy suavemente la ventana, las hojas movidas por la misma, el canto de un ave, muy probablemente un agapornis y el suave murmullo del papel que mi padre recorría con sus dedos. No era necesario utilizar la vista para hacerme una imagen clara de su persona en este instante. El cabello castaño oscuro, prácticamente negro, estaría peinado hacia atrás, con uno o dos mechones cayéndole sobre la frente. Los ojos, entre azules y grises, justamente como los míos, recorrían rápidamente las líneas del texto. Su cuerpo atlético en una posición semi-erguida, que le costaba gran esfuerzo mantener pero que era demasiado orgulloso como para abandonar. Imaginaba su rostro anguloso, con el ceño contraído levemente al no obtener los resultados deseados en su búsqueda y sus labios entreabiertos como de costumbre. Su piel pálida se veía como el satén a la luz del día. No podía imaginarme una vida sin él.

¿Llamaban a la puerta? El sonido del chocar entre nudillos y madera era inconfundible. Me levanté con rapidez, contenta de tener algo que me distrajera de tan lúgubres meditaciones. No precisé informar del motivo por el que abandonaba la habitación. Si estaba distraído, el también habría escuchado la puerta. Caso se encontrara demasiado sumergido en sus investigaciones, siquiera notaría mi ausencia. Bajé las escaleras precipitadamente y en menos de un minuto me hallaba ante la gran puerta de roble tallado. Observé fugazmente mi apariencia en el espejo de cuerpo entero que se hallaba cerca. El top a rayas blancas y negras se ajustaba perfectamente a mi torso y la falda cintura alta no presentaba arruga alguna. Mi corto cabello pelirrojo relucía bajo la luz solar que ingresaba por las ventanas laterales. Nada que delatara que había estado cuidando de un enfermo en el piso superior.

La puerta se abrió sin emitir un solo quejido, detrás de ella se encontraba un hombre joven. Parecía tener pocos años más que los que aparentaba yo, su cabello era rubio y brillante, le llegaba hasta la altura de los hombros. En realidad, creo que era una especie de castaño claro ya que la parte que se encontraba en la sombra no presentaba esa particular tonalidad oro. Medía más que yo, y parecía el tipo de personas con las que no querrías tener problemas. Lo digo por su corpulenta figura, no por su expresión. No tenía aires de busca pleitos. Llevaba con él una especie de cofre con grabados en arameo.

¿Que buscáis?- ¿Quién eres extraño? Reprimí la pregunta, me tendría que dedicar a un papel de observadora pasiva por el momento. Tal vez luego habría tiempo para más preguntas.

Pdta: Sí, la descripción es de Ulliel. Lo siento fue inevitable.

Oí como alguien bajaba unas escaleras, estaba un poco nervioso pensando en si sería mi hermana o mi padre, y esperaba que fuera ella. Se abrió la puerta y para mi sorpresa era Eva, al parecer no me reconocía ya que preguntó que buscaba, pero yo la reconocía a ella perfectamente. -Os busco a vos hermana, tengo un presente de parte de nuestra madre, hace más de un siglo que murió y he venido a cumplir su última voluntad, debo entregaros esto, su cofre, es muy especial. Dije y extendí ambos brazos para entregarle el cofre con sellos extraños grabados en ella y esperé a que dijera algo, mientras pensé si nuestro padre podría estar dentro y no sabía que haría si le viese, después de abandonar así a mamá, de dejarnos y llevarse a Eva, usar a mamá y marcharse sin más cuando envejeció, odiaba lo que hizo, pensaba que podría haber cambiado pero seguramente no, por lo que esperaba no verlo por el momento, si lo hiciera intentaría controlarme ya que podría haberle lavado el cerebro a mi hermana y ella sería capaz de dar su vida por él, alguien quien no merecería nada en esta vida después de su comportamiento.

Mis ojos fríos intentaban averiguar si esto era una cruel broma o si aquel tipo realmente era mi hermano. Fue ahí cuando me fije en el inconfundible tono de su iris, y me obligué a creer que era él ¿Qué había pasado con el niño que jugaba conmigo a las escondidas? Es increíble lo rápido que pasan los años....¡Y pensar que pasábamos por aquel tronco hueco! Supongo que si él intentara hacerlo de nuevo se cargaría el tronco.

¿Jake? El nombre sonó como un murmullo, lo suficientemente alto como para que él me escuchara, pero no tanto como para captar la atención de cierta figura que yacía en el piso de arriba. Fue una pregunta muy estúpida, lo sé, soy plenamente consciente de ello, pero se me hacía muy difícil adaptarme a la idea de que tenía a mi hermano frente a mi narices, así como salido de la nada. No tengo idea de que habrá sido de él todo este tiempo, pero me gustaría averiguarlo.

Cogí el cofre delicadamente de sus manos, como si pudiera quebrarse con un simple soplo de viento. Fruncí el ceño. Odiaba a mi madre, y siempre lo hice. Era algo mutuo, nunca simpatizamos demasiado. Yo...me parecía demasiado a papá, más de lo que ella hubiese querido. No guardaba ningún recuerdo positivo de su persona. Mi imagen de ella era una frágil humana que me observaba desaprobatoriamente. Nada muy memorable, siendo francos. Al menos que el contenido fuera una bomba o una carta insultándome infinitamente...No tenía mucho sentido. Pero en este mismo instante había asuntos más importantes que tratar que mi conflictiva relación materna. Salí de la casa, cerrando la puerta sigilosamente. Podría jurar que aquellos ojos grises ahora mismo no se hallaban leyendo aquel texto árabe. Las palabras "Hermana, nuestra madre, siglo , voluntad" deberían haber captado su atención.

Sigueme Murmuré, mientras andaba en dirección al jardín principal, detrás de la casa. Lo que había visto enfrente no era nada.... movía el objeto entre mis manos, como si pudiera adivinar su contenido solo con cambiarlo de posición. ¿Que has hecho desde que falleció? Sabía que mi hermano y mi...aquella mujer eran muy unidos. No tenía idea de que hubiera podido hacer Jake sin ella.

Oí como susurraba mi nombre, me alegraba que no me hubiera olvidado a pesar de tantos años separados, entonces cogió el cofre y noté que cerraba la puerta sigilosamente, me pidió que la siguiera y me preguntó que había hecho desde que falleció, entonces me aclaré la garganta siguiéndola por el jardín. -Pues lo único que he podido hacer, buscarte, no tengo a nadie, solo a ti y a papá, quería buscaros pero no podía dejar a mamá sola, por eso decidí buscarte cuando falleció, aunque ella me dio antes ese cofre para ti, mamá... te apreciaba mucho, puede que no lo mostrase, pero te quería igual que a mi, bueno, ya lo entenderás cuando veas el contenido, son sus posesiones más preciadas y te las dio todas a ti. Dije mientras miraba a Eva y recordaba cada segundo que jugábamos juntos como si fuera hace no más de una semana, entonces al pestañear pude volver a la realidad y ver hasta donde me llevaba pero a ratos mi mirada se desviaba hacia la vegetación, nunca antes estuve en un lugar así y seguramente no lo estaría nunca, aunque no es que me importase mucho, me importaba mi hermana y deseaba volverla a ver, porque entendería que no pudiera quedarme con ella, sobre todo si está él.

-Es realmente muy curioso como la gente pretende arreglar toda la vida en segundos ¿No crees?- Tuvo toda una vida ¡Una vida entera para hallarme! Pero, como ocurre frecuentemente, las personas se deciden a arreglar todos los errores de su obrar en su lecho de muerte, cuando uno se sentía demasiado conmovido como para pensar razonablemente que lo único que ellos querían era "Librase de la culpa" Que quizás lo que dijeron no era sincero. Que solo buscaban compasión y comprensión en sus últimos instantes. Y la mayoría de aquellos convalecientes no se merecían ninguna de las dos cosas.

Agradecí encontrarme en el jardín en estos instantes. Era lo único capaz de calmar el gran odio que sentía en mi interior, y que parecía a punto de estallar en cualquier momento. Creo que el resentimiento es algo venenoso, se va cumulando, corrompiendo nuestras memorias, transformándolas en visiones que solo nos incentivan a seguir aborreciendo el mismo hecho o la misma persona. Uno cree que lo puede sepultar, olvidarse de las cosas, pero no. Solo hace falta una chispa, y todo vuelve a arder. Como me ocurría en este mismo instante. Suspiré con suavidad, mientras tomaba un Lirio del Valle. Jugueteé con la flor entre mis dedos, mientras esperaba que Jake terminara su discurso. Le sonreí, él nunca cambiaba. Seguía siendo exactamente la misma criatura que dejamos allá en el Nuevo Mundo. Bondadoso, un tanto crédulo, optimista y esforzado. Sí, ese era mi hermano. Evidentemente yo era la "Hermana mala" en toda esta historia ¿O quizás la realista? Opto por la segunda teoría.

Finalmente llegamos a una especie de mirador, construido únicamente de especies vivas. Sí, todos aquellos troncos enroscados, enredaderas y flores estratégicamente ubicadas seguían respirando. Por lo menos aquí tenía la seguridad de que podríamos conversar tranquilos. Al encontrarnos en las proximidades, unos escalones constituidos por raíces de sauces surgieron de la tierra. - ¿Por qué no te la llevas tú?Creo que tiene mucho más valor para ti- Deje la caja a la que hacia alusión sobre una mesa ratona.

Lo has dicho Jake, eras tu el que me buscaba, no ella. No pienso perdonarla por un simple diario y algunas baratijas. Mi voz sonaba fría y un tanto cortante, no era la forma en que esperaba que fuera nuestro reencuentro, pero las cosas nunca salen como uno espera.

Escuché lo que dijo mientras la seguía hasta un lugar algo extraño, al menos para mi ya que nunca pude ver algo parecido en ningún sitio, ya fuera jardín o bosque, no entendía mucho sobre la naturaleza pero vi como dejaba entonces el cofre escuchando sus palabras y pasé mi mano por encima como si lo acariciara. -Por favor hermana, tardé años en encontrarte, a veces conseguía encontrar pistas de vuestro paradero, mas al llegar no había rastro alguno de vosotros, además... Dije haciendo una breve pausa pensando en mamá, al recordar que antes de morir de su enfermedad, pudo decirme que se hallaba enferma desde el día que se fueron, la depresión fue tal que no pudo apenas hacer gran cosa. -No pudo hacer nada, desde que papá se fue llevándose contigo.... no recuerdo ninguna noche en la que no llorara vuestra ausencia, por eso decidí buscarte, y deberías leer el diario, ahí lo explica todo, lo que sintió el no poder verte, hallarte, quería volver a arroparte todas las noches, quiso que todo fuera como antes, y me dijo también que si hubiera podido volver atrás, lo hubiera dado todo por ser una familia de nuevo nosotros tres. Dije mientras intentaba hacer entender que mamá siempre la quiso a pesar de lo que ella pensara. -También explica la clase de persona que es papá, las pruebas que obtuvo, nunca se arrepintió de dejar marchar a papá, solo... de dejarte marchar a ti con él. Seguí explicando para que supiera la clase de buena persona que era nuestra madre, que no tenía que olvidarla, aunque fuera humana, podía seguir viviendo en nuestro corazón si nunca la olvidásemos, al menos por mi parte nunca lo haría, y esperaba que ella hiciera lo mismo pero que comprendiese en el estado en que se encontraba mamá, tan débil e impotente. -Todas las cartas que hay son las que te quiso mandar como disculpa, desde que te fuiste, pero nunca pudimos hallarte y no podía marcharme y dejar a mamá sola, recuerda que ella era humana y no tenía... nuestra... no podía hacer nada, por favor, perdónala. Dije tristemente pensando en porque la odiaba pudiendo odiar a su padre por apartarla de mamá, cuando toda la culpa de que se separasen fue precisamente de él.

Claramente, no podíamos quedarnos mucho tiempo en el mismo sitio ya que llamaríamos la atención. Ese es el motivo por el cuál intentábamos no ser muy memorables, y la razón de que a cualquier persona le costara muchísimo hallarnos. No tenía absolutamente nada que ver con querer escondernos de ellos ni similar. Sé que él no lo expresó como si esa fuera su sospecha, pero más bien quiero aclarar ese punto para mí misma

Intento creerle, de verdad que querría que lo que dice fuera cierto. Toda aquella historia de la familia feliz y la madre a la que le han arrebatado la hija sonaba muy bonita, pero a la vez demasiado irreal. Yo sabía que no había sido así e incluso dudaba de las palabras que él atribuía a la humana.

Nosotros tres Esa frase quedo flotando en el aire. Tres, no cuatro. Ella no quería a papá. Creo que le tenía miedo pero, ¿Acaso existe alguien que no le tema en cierto modo? Su presencia tiene algo extraño... Sobra decir que me desagradó muchísimo esa aclaración. Comprenderán entonces mi reacción al oír a Jake intentando explicar que papá era el villano de todo esto. Si fuese más temperamental, no habría dudado en atarle contra uno de los postes de álamo. Después de todo, este es mi reino de cierta manera. Pero a pesar de todo el tiempo trascurrido , yo le seguía queriendo mucho. Más de lo que jamás le expresaría. Igualmente la serie de experiencias vividas por el mundo me ha hecho una persona mucho más hermética. Me limité a observar los ojos claros de mi hermano con escepticismo. Cómo si hubiera dicho que hay vacas rosadas con lunares amarillos que vuelan, para que se hagan una idea. - Nunca hables así de papá- Le espeté con tono cortante. No quería siquiera que hiciera una leve alusión a su persona si esta no era respetuosa.

- ¿Perdonar y olvidar? Ni soy Dios ni tengo alzheimer Jack, no tengo porque hacerlo. Ya esta muerta de todas formas ¿Qué diferencia habría? Aparté mi mirada de la suya. Esa bondad suya me perturbaba un poco. Me dediqué a recorrer los setos con la mirada, con aire distraído.

Escuché todo lo que decía y no me podía creer que fuera así con mamá. -Papá hizo daño a mamá, no puedo hablar bien de él, él pudo haberte tratado bien y todas esas cosas, al igual que a mi, mamá, pero fue él quien en ocasiones se iba con otras, me lo explicó mamá, ¿cómo puedes apoyar a alguien así? traicionó a mamá, luego te llevó consigo cuando se fue, y después de todo este tiempo que quería pasar más tiempo contigo, arrepintiéndose día a día y gritando tu nombre por las noches en sus pesadillas de cuando papá se fue llevándote con él, ¿la desprecias? no eres la hermana que solía tener, siento haber perdido el tiempo, pero nunca diré nada a favor de alguien que traicionó a una de las personas que más amaba y se llevó a otra a la que siempre quise. Dije mientras le miré fríamente, no era la misma que conocía, había cambiado y todo por culpa de papá, no le bastaba con traicionar a mamá sino que encima hizo que Eva la odiara, mejor que él nunca me vea o se las verá conmigo. -Te quedas con el cofre, guárdalo, mamá quería que lo tuvieras tú. Dije mientras me giraba y decidí irme caminando a la salida, pensando en como podía haber pensado tan mal de mamá, y cuanto había cambiado, si la hubiera encontrado antes quizás no hubiera pensado así, pero papá, que no solo traicionó a mamá con otras le lavara el cerebro a ella... estaba claro que ahora mismo no podía ver a papá o llegaría a querer matarlo de las ganas, y ya no me retenía nada aquí.