Paseando por la orilla (Alastor)

Hacia un día buenísimo, y eran las siete de la tarde cuando salí de mi nuevo hogar. Solo esperaba que no se me hiciera tarde, o me veía a las nueve menos diez corriendo hacia casa, ya que a las nueve y poco mas cuando se escondía el sol, mi cola me salia automáticamente estuviera o no en agua. Camine por puro instinto hasta la playa, y al llegar allí me dirigí todo lo que pude hasta quedarme en el limite de la orilla, donde no llegaba el agua ya que hoy no venia a nadar, y observe hacia el horizonte antes de suspirar hondo. Amaba el mar, pues era mi hogar, y me encantaba el agua.

Aparte la mirada, ruborizada de nuevo y observe como los delfines se alejaban nadando. Sonreí, ya que nadar era algo que me encantaba. Mis manos se encontraban en mi cola, casi estaba seca, no tardaría mucho en que volviera a tener forma humana.
-Gracias -Dije sonriendo levemente- ¿Vosotros podéis volar? Esa parte de los ángeles siempre me ha gustado. -Dije mirándolo.

Escuche su comentario y lo vi levantarse. Unas alas blancas surgieron de su espalda. Lo mire boquiabierta, sonriendo.
-Vaya, increíble. Son preciosas. -Dije sonriendo ampliamente. En estos momentos no podía levantarme para observarlas mejor, pero seguro que tendría mas oportunidades, o eso esperaba- Algún día debes mostrarme como vuelas, pero creo que deberías guardarlas, llamas la atención. -Dije sonriendole.

Sonreí mirándolo, mientras en ese momento mi cola desapareció y la reemplazaron un par de piernas, volviendo a mi forma humana completamente vestida. Me gire al oír un par de pasos, era un grupo de ancianas. Me mordí el labio, y suspire observando mis piernas, justo a tiempo. Mire de nuevo a Alastor y vi que ya no tenia las alas, oí su comentario y sonreí feliz.
-Eso seria maravilloso. -Dije sonriendo

Sonreí mirándolo al escucharlo y sacudí la cabeza.
-Bueno, yo el que tengo es bastante básico, y no lo llevo siempre. Ya entiendes, la electricidad y el agua no son compatibles. -Dije riendo levemente, pero me mordí el labio y lo mire a modo de disculpa- Pero mas bien debe ser al amanecer, si no quieres cargar con demasiado peso. Los mitos de las sirenas no dicen que con el anochecer hay cola instantánea. -Dije mirándolo con una media sonrisa.

Lo mire ruborizada al oir lo de sirena hermosa.
-Gracias, aunque bueno, no es que.. que te moleste. Es que peso demasiado en mi forma sirena. -Dije tratando de mantener mi voz tranquila, cosa dificil debido a mi ruboz- Y sera un placer ver amanecer contigo, desde el cielo, seguro que es precioso.

Sonreí mirándolo y asentí, era cierto, se supone que los ángeles eran muy fuertes, lo había olvidado. Con el me sentía cómoda, como si yo fuera una chica corriente, y el parecía tan humano..
-Bueno, solo dime como puedo avisarte. -Dije mirándolo sonriendo, si no tenia móvil ¿como iba a avisarle? Mire el horizonte de nuevo y el sol ya empezaba a ocultarse, mi tiempo se acababa. No quería volver a casa tan pronto, pero en media hora debía estar en casa.

Sonrei al ver que el pajaro se puso en mi hombro y se quedo quieto, acariciando a veces mi oreja con el pico.
-Que bonito, siempre he querido tener compañia en casa. -Dije poniendome en pie, observando el cielo, que empezaba a atardecer- Bueno, es una pena, pero debo volver a casa, en media hora anochecera y volvere a mi forma sirena, debo estar en casa, o no podre volver andando. -Dije riendo levemente.

Sonrei a medias, encogiendome de hombros.
-Soy como la cenicienta, si no llego a mi hora a casa, el hechizo se desvanece. -Dije riendo levemente, ya que en vez de un hechizo era mi forma humana la que se desvanecia- El placer ha sido mio, Alastor. Te avisare un dia de estos. -Dije sonriendo mientras me acercaba a el para darle dos besos, en las mejillas, como despedida.

Me ruborice de nuevo al oirlo y me aleje de el sonriendo.
-Gracias. -Dije sonriendole- Hasta otro dia. -Sonrei y me gire, hechando a caminar de vuelta a casa. Tenia que hacerme la cena antes de mi transformacion, hoy seria algo rapido, ya que no tenia mucho tiempo, y cuando el "hechizo" se desvaneciera, no podria moverme.