Almorzando (Alastor)

Caminaba a su lado, agarrada de su mano durante el trayecto y lo miraba de vez en cuando, era demasiado bueno para ser cierto que ahora fuéramos pareja, me parecía un sueño del que despertaría muy pronto, y su mano se sentía tan cálida junto a la mía.. A los diez minutos habíamos llegado a mi casa, pues mis padres me habían comprado una casa lo más cercana posible a la playa, por si pasaba cualquier cosa, llegar rápidamente a la playa, o en caso contrario a casa. Saque la llave de mi mochila y abrí la verja metálica sonriéndole.
-Aquí es. -Dije mientras caminaba hasta la puerta y la abría.

Me prepare una bañera de agua y me metí, relajandome por un rato, al terminar, me las apañe para salirme como siempre y con la toalla que tenía preparada me sequé un poco y espere a volver a ser humana. Me vestí con algo de estar por casa para de mientras y me tomé un vaso de leche con cola cao y una tostada. Tras eso subí a vestirme, con lo mejor que encontré en mi armario, un par de legins, y una camiseta larga, con un jersey de cuello alto debajo, y mis botas altas.

Me maquille un poco, muy natural y cuando termine y estaba lista, me senté en el salón a esperar. Quería saber más de las relaciones humanas, pero me daba mucha vergüenza y no sabía a quién preguntar. Se me ocurrió una idea, tenía una prima viviendo en el mundo humano desde hacia más tiempo, y ella ya tenía novio desde hace meses. Así que cogí el móvil y la llame, con ella tenía confianza.

Tras hablar durante un rato con mi prima, colgué el teléfono y suspiro, dejándome de caer de lado en el sofá, descansando un rato y cerré los ojos. Mi prima me había contado un poco por encima como iban esas cosas, pero muy poco, decía que eso era dejarse llevar, que no había que pensar sí quiera. Sin saber como, pero acabe por quedarme dormida en el sofá.

Me desperté al oír que llamaban a la puerta y mire el reloj que colgaba sobre la pared, Debia ser el, por la hora que era. Me puse de pie espabilandome un poco antes dirigirme a la puerta, no sin antes retocarme un poco el pelo. Abrí la puerta sonriendole.
-Buenas tardes. Estas guapisimo. Pasa. -Dije sonriendole.

Sonreí ruborizandome al oírlo.
-Gracias, un momento que ahora vuelvo. -Dije sonriendole, entre al baño de la planta baja y me retoque un poco el maquillaje. Salí, me guardé las llaves en un bolsito negro que cogí y volví a donde el estaba- Lista. Cuando quieras nos vamos

Sonreí al escucharlo y cerré la puerta tras salir de la casa. Camine a su lado, agarrada de su mano, unos seis minutos, hasta un parque desierto. Nos detuvimos y observe las plantas que estaban muy bien cuidadas. Asentí escuchandolo y agarré su mano antes de ver que saco sus alas. Las observe asombrado, con las alas estaba imponente.
-Estas increíble con las alas. -Dije sonriendole y toqué las alas, la otra vez no tuve una oportunidad, eran suaves y agradables al tacto.

Sonreí y le seguí el beso dulcemente durante un rato, antes de que se separara de mis labios. Sus besos eran adictivos, yo era incapaz de separarme de sus labios fácilmente. Lo escuche y asentí, abrazandome a él. Noté que empezó a aletear y sonreí, mirándolo a los ojos.
-Yo estoy lista, cuando quieras mi ángel. -Dije sonriendole.

Vi que empezó a ascender del suelo, primero poco a poco, y después más rápido. Estábamos tan altos que se veía la ciudad entera, pero no tenía miedo, ya que con el me sentía protegida. Subió aún más alto, hasta una nube. Ahora sí estábamos muy alto, pero seguía sin tener miedo. Alcé la mano, con curiosidad, y fui a tocar una nube. No llegaba a ser humo ni niebla que traspasaras, pero era algo parecido, ya que tampoco era del todo tangible.
-Esto es increíble, Alastor. Me gusta la sensación de estar en el aire, pero sobre todo porque estoy contigo. -Dije sonriendole y bese su mejilla.

Sonreí al escuchar que este era su mejor vuelo, porque estaba a su lado. Escuche su pregunta y sonreí pensativa. ¿Que quería ver? Sonreí al acordarme.
-La isla de Mako. Debe estar preciosa, aunque no tanto como tú. -Dije sonriendole feliz. Me sentía mejor que nunca, abrazada a el, y aquí en el aire, y con las vistas que había, era inmejorable.

Sonreí cuando se dirigió a la isla y bajo un poco. Se veía una perspectiva tan hermosa.. Me beso, y no pude evitar seguirle el beso suavemente durante unos minutos, pero recordé que estábamos en el aire y me separe de sus labios casi a regañadientes.
-¿No debes estar concentrado para volar? No quiero tener forma de sirena aún. -Dije sonriendole. Ya que sí caíamos, caeríamos al agua directamente.

Sonreí escuchandolo, sí que debia estar acostumbrado, aunque claro, era un ángel, no debía extrañarme. Así que sí no debía preocuparme por eso, podía besarlo tranquilamente. Y así hice, cuando volvió a besarme, le seguí el beso suave y dulcemente, abrazandome a el más aún, sí era posible. Sus besos eran adictivos, y aquí era aún mejor, era muy romántico.

Continué besandolo dulcemente, pasando mis brazos por su espalda, y las subí a su nuca, jugando con su pelo, besaba tan bien, que no quería parar de besar sus labios. Podría alimentarme de sus labios y sus besos y sería suficiente para mi.
-Te quiero, mi ángel. -Susurre separandome muy levemente de sus labios, con la respiración entrecortada por sus besos. Tras esa breve pausa, continué besandolo.

Reí al oírlo, mi ángel sonaba más natural que mi sirenita. Le seguí el beso dulcemente y cuando lo escuche, me di cuenta estaba en la cueva submarina de la isla de Mako. Reí un poco.
-No, aquí no puedo caerme. -Dije sonriendo y le seguí el beso dulce, mientras pase mis manos a su rostro, manteniéndolas en sus mejillas. Jamás me cansaría de besarlo. Esperaba que no se me pasara la hora, ya que en una hora debía volver a mi casa, antes de tomar mi forma de sirena, ya que debía hacer la cena antes de eso.