Almorzando (Alastor)

Caminaba a su lado, agarrada de su mano durante el trayecto y lo miraba de vez en cuando, era demasiado bueno para ser cierto que ahora fuéramos pareja, me parecía un sueño del que despertaría muy pronto, y su mano se sentía tan cálida junto a la mía.. A los diez minutos habíamos llegado a mi casa, pues mis padres me habían comprado una casa lo más cercana posible a la playa, por si pasaba cualquier cosa, llegar rápidamente a la playa, o en caso contrario a casa. Saque la llave de mi mochila y abrí la verja metálica sonriéndole.
-Aquí es. -Dije mientras caminaba hasta la puerta y la abría.

Reí al oírlo, mi ángel sonaba más natural que mi sirenita. Le seguí el beso dulcemente y cuando lo escuche, me di cuenta estaba en la cueva submarina de la isla de Mako. Reí un poco.
-No, aquí no puedo caerme. -Dije sonriendo y le seguí el beso dulce, mientras pase mis manos a su rostro, manteniéndolas en sus mejillas. Jamás me cansaría de besarlo. Esperaba que no se me pasara la hora, ya que en una hora debía volver a mi casa, antes de tomar mi forma de sirena, ya que debía hacer la cena antes de eso.

Continúe besándolo dulcemente hasta que separo de mis labios y me propuso cenar algo de fuera, y cenar en su casa o en la mía. Asentí sonriendo.
-Me parece perfecto, pero deberá ser en mi casa, para que no tengas que cargar conmigo después hasta mi casa y volverte a la tuya. Aunque en verdad, me gustaría conocer tu casa. -Dije sonriéndole y bese su mejilla. Yo tampoco quería separarme de él aun.

Sonreí mirándolo al escucharlo.
-¿En serio? Me gustaría mucho, pero no quiero ser una molestia. -Dije sonriendole antes abrazarlo de nuevo, pasando mis brazos por su nuca. Bese su cuello sonriendo. Con el era completamente feliz.

Sonreí al oírlo y volví a besar su cuello antes de separarme un poco para mirarlo.
-Pues en ese caso, me encantaría. Pero sí vamos a comprar algo, debemos irnos ya, tenemos que comprar lo que sea antes de que tenga cola. Te va a ser difícil pasar por las calles con una sirena en brazos sin llamar la atención. -Dije sonriendo. También podíamos esperar a transformarme, llevarme a su casa e ir él a por la cena, pero eso sería abusar de su confianza.

Sonreí escuchándolo y asentí.
-Perfecto, me encanta la pasta. -Dije abrazándolo de nuevo, al ver que empezó a agitar las alas. Seria genial pasar la noche en su casa.

Observe el paisaje mientras cogía la misma altura que antes y al poco bajo hasta un edificio abandonado. Me solté de su abrazo cuando tocamos el suelo, y sonreí al escucharlo, siguiéndole el beso brevemente.

-Claro, te espero aquí. -Dije viéndolo irse. Quizás era tonta, pero no podía dejar de sonreír, ya que hoy estaba siendo un día mágico. Llevábamos casi todo el día juntos, e iba a dormir en su casa. Desde luego, no podría ser mejor. A los cinco minutos volvió con la comida, y al llegarme el olor sonreí.

-Desde luego, sí que te atienden rápido. Además, que huele de maravilla. -Dije sonriendo mientras observaba que les hacia un nudo a las bolsas y se las ataba al hombro.

-Te vas a quemar el hombro, Alastor. ¿Quieres que las lleve yo? -Pregunte sonriendo, ya que si estaba recién hecha, estaría la comida ahora ardiendo.