De nuevo en mi hogar (Libre)

Mil años siendo testigo de la evolución del mundo y ahora mismo me encontraba entre la espada y la pared, ciertamente tenía su punto de gracia y de ironía, ciertamente la situación no era del todo buena, estaba el asunto ese de esa visión, yo había hecho un pacto y estaba en cierto modo atrapado, de modo que decidí salir de la casa, había ciertas cosas que deseaba hacer y una de esas cosas era organizarme, aparte debía seguir practicando el control de la madera, salí pasee por las calles de Costa Luna, la humanidad observaba a la gente, pero los veía decadentes, no eran como la gloriosa humanidad de antaño, ya no poseían esa fuerza tan grande, sino más bien una fragilidad que en cierta manera asustaba, seguía caminando sin detenerme por las calles

Las calles no estaban demasiado vacías que fuese y estaba esa sensación, esa energía, ángeles, esa era la sensación enérgica, los ángeles tenían ese aura de brillantez tan característica y tan especial, , decidí caminar pausadamente, trataba de localizar esa esencia especial, esa brillantez tan hermosa que solo un ángel podía llegar a mostrar, camine, esperando encontrar la fuente de esa brillantez, la tarde se echaba encima y podía sentir el aire adquiriendo más fuerza, el viento parecía crecer como esperando nuestro encuentro, algo que tendría lugar en pocos segundos si seguía moviéndome a ese paso y me detuve cuando quede en frente de la fuente de esa brillantez, la mire fijamente recorriendo su cuerpo con mis ojos, me detuve en sus ojos, el aura era celestial sin duda alguna, era un ángel, un ser bendecido por el bien, sonreí laderamente, sin duda seria una tarde muy interesante, extraordinario

La mire directa a los ojos –esa aura de brillantez, algo tan característico de vosotros, algo tan dulce de saborear- el aire elevo las hojas en el momento justo y se las llevo, como si de un encuentro destinado se tratara, el aire simplemente seguía corriendo mientras la noche empezaba a llegar, la gente, los meros mortales iban directos a sus hogares –como si huyeran de algo- susurré mas para mi mismo que para mi interlocutora, ciertamente podía decirse que si escapaban, los rayos del sol se ocultaban y la luna ya podía empezar a verse, yo me mantenía hay de pie parado observando al ángel

Hum, parecía no muy alegre por verme, vale no me extrañaba era un ángel y yo un demonio –acaso ¿debo querer algo?, únicamente nos hemos encontrado y al ser dos seres especiales nos hemos detenido- ciertamente no era una amenaza, aunque podía notar que tal vez para ella si lo fuera, aunque no lo sabía muy bien –vaya pensaba que éramos los demonios siempre los que tenían deseos de pelear, hum pero tú ha sido sacar el arma en un tiempo record- sonreí cuando dije eso, vaya, la muchacha parecía algo temperamental, pero sacar el arma de esa manera y hablar en ese tono no era muy apropiado, solo los mas antiguos solían hacer eso y ella no lo parecía
La observaba –no quiero nada especial aun, hace poco que he sido liberado, estaba admirando el lugar, ha cambiado tanto desde mis tiempos- ciertamente había caído en un estado de decadencia, mis tiempos la humanidad era fuerte y gloriosa, su fe y su persistencia les hacia obtener grandes victorias, ahora no eran nada

Estos ángeles, parecía ser joven, más que nada por sus andares y por su tono de hablar, sin duda no debía alcanzar muchos siglos, me preguntaba hum no se lo preguntaría -¿Qué experiencia tenéis realmente con los demonios?- sonreí, realmente la experiencia se creaba a través de batallas mortales y enfrentándose a enemigos sin igual, me preguntaba ¿hasta dónde había llegado?, no parecía tener una experiencia autentica –hum, si si se que algunos demonios jóvenes andan algo desmadrados, pero si no hubiese sido sellado te aseguro que le infierno estaría completamente organizado, desgraciadamente ya no puedo organizar nada, solo puedo enfrentarme a esa visión- quería saber si sabía a lo que me refería, la visión de ese demonio sobre la victoria definitiva del mal, reí moderadamente y la mire de arriba abajo, pare en sus ojos –los demonios más antiguos somos unos verdaderos caballeros señorita, es lo que tiene la edad- respondí con un toque de ironía, seguí mirándola esperando, quería que este encuentro sacara algo positivo o negativo me daba igual, pero tenía que sacar algo como fuese

Reí observándola –si, si, más bien los más jóvenes son realmente imprudentes-demasiado lo eran, no era un enemigo al menos no por el momento, se podía decir que estaba medio amaestrado, esa castración esa anulación que había realizado ese aquelarre había sido extraordinariamente efectiva, la observaba a los ojos, los ángeles creían ser seres con razón absoluta, pero no veían, muchos no veían lo que había tenido que ver y como trataban a los otros seres –hum, bueno reconfórtate pensando que hay destinos peores que la muerte muchacha, destinos tan atroces como retorcidos, destinos que ni nosotros deseamos para nuestros enemigos- ciertamente después de torturar matábamos, así éramos los demonios, pero los ángeles en ocasiones hacían castigos tan crueles como magníficos, alce la mirada al cielo cuando pregunto por esa visión, ¿acaso no lo sabía?, ¿Qué se estarían guardando los altos cielos para ellos? Preguntas sin unas respuestas claras, solo un desconocimiento –algo que podría poner fin para siempre a la guerra, algo que puede inclinar la balanza hacia un lado o hacia otro- no era mas que un perro de los cielos, pero había visto grandes cosas, pero de ese asunto apenas nada, simplemente no vi exactamente todo lo que deseaba ver, pero me había quedado con una idea

La mire –nosotros, no creas tanto en la infinita bondad y en la infinita maldad, realmente no somos más que dos caras de una misma moneda, tiene que haber tanto mal como bien para que exista un equilibrio cósmico- explique, aunque los ángeles no solían creer esas palabras, realmente poco me importaba que creyera o no, no cambiaría nada, no podía ganar de manera completa ningún bando, si que podía haber una mayoría clara pero siempre se terminaba igualando –no soy tu enemigo muchacha, ya fui vencido hace mucho tiempo, pero aun puedo equilibrar la balanza, la pregunta es ¿a qué lado la inclinar?- respuesta con fácil respuesta, escuche su pregunta -¿puedes fiarte de lo que te diga un demonio?- reí malévolamente y seguí hablando –corre a por uno de los tuyos, tal vez sepan explicártelo mejor, solo sé que hay posibilidades de una supremacía total ya sea celestial o demoniaca- termine de hablar cuando sentí una gran energía por los alrededores, una energía media, demonios de bajo rango, por el momento yo aun podía considerarme de rango medio, la madera era un buen elemento aunque realmente me habían dejado más débil de lo que estaba cuando me enfrente a ese aquelarre –menos mal que no hay víctimas, esto se va a poner feo- susurre para que solo ella me oyera, podía sentirlos estaban llegando

La voluntad de los antiguos era dar muerte al traidor, en este caso yo era el traidor, el que había sido vencido por el bien, aunque realmente seguían sin comprender, estaba pro encima del bien y del mal, una espada podía ser un arma mortífera en manos adecuadas, pero en ese momento dudaba de que sus manos fueran adecuadas para la caza, sabía muy bien a que venían y lo vi cuando dos demonios aparecieron –si que os cuesta localizar a otros- murmure sarcástico, ellos observaron la ángel y luego sus ojos se posaron en mi –ya has salido de tu encierro traidor- bramo uno de ellos, observaba como sacaban sus espadas –que falta de respeto es esta, hablarme de esas formas, es algo que hace 600 años no os hubierais atrevido a hacer- susurre ellos me observaron –ya fuiste vencido- habladurías, realmente no estaba tan derrotado como esos demonios pensaban, bueno observe, uno de ellos alzo su mano y de su palma surgió una esfera de fuego, me tocaría pelear pero bien, observe a la muchacha –muestra lo que sabes hacer- susurre y observe los demonios nos atacaron, el de la espada ataco a la muchacha y contra mí el tipo del fuego, lo observe, bueno que empiece la función