Pasando el rato (Alastor)

Sonrei encogiendome de hombros. También era verdad que el podía secarse con sus esferas de luz.
-Pues también puedes bañarte así. -Dije sonriendo cuando llegamos a la playa, me quite las zapatillas y las cogí en mis manos dejando que mis pies descalzos notaran la arena. Camine por la arena saltando la mochila en la arena seca y justo al lado mis zapatillas. Quizás fuera una tontería, pero casi podía notar que el agua me llamaba.

Al poco llegamos a la superficie y deshizo la luz. Me encogí de hombros, sonriéndole.
-No hay de qué. Ha sido genial no viajar sola ese camino por una vez. Gracias a ti. -Dije sonriéndole e hice un gesto hacia la isla, aun nos quedaba un trecho- ¿Vamos? Esta vez juntos. -Dije sonriendo, refiriéndome a como fuimos en la ida a Mako.

Sonreí siguiendole en el beso muy brevemente antes de echar a nadar con el. Al poco llegamos a la playa, a unos metros de la orilla. Me detuve mirándolo sonriendo.
-¿Podrías adelantarte y asegurarte de que no haya nadie para que pueda salir yo? -Dije sonriendole dulcemente.

Sonreí soltando su mano cuando fue a la orilla, volvió al rato y le sonreí.
-Gracias Alastor. Eres un cielo. -Dije nadando de nuevo hasta la orilla, ahora más tranquila. Me detuve ya en la arena, tumbandome mirando hacia arriba, pero el agua aún me llegaba hasta la cintura. Sonreí mirando a Alastor- Siento molestarte de nuevo, pero ¿podrías ayudarme a salir? -Dije sonriendo a modo de disculpa. Me costaría más salir yo sola.

Sonreí agarrandome a el cuando me cogió en brazos y me llevó a un banco de la zona peatonal de la playa. Hizo varias bolas de luz para que secara antes mi cola. Pase mis manos por las escamas de mi cola, quitandome las gotas de agua que aún resbalaban y me escurrí el pelo con mis manos.
-Muchas gracias por todo Alastor, eres muy amable. -Dije sonriendole feliz.

Sonreí dulcemente mirándolo.
-Aún así muchas gracias. -Dije sonriendole feliz y bajé mi vista a mis manos. ¿Íbamos a separarnos en cuanto me secara? Esa idea me desagradaba. Quizás podría invitarlo a comer a mi casa- ¿Te gustaría comer en mi casa?

Sonreí mirándolo pero negue con la cabeza.
-Espera, sí tienes algo que hacer, no pasa nada, otro día. -Dije mirándolo con una leve sonrisa. Quería que viniera, era cierto, pero no iba a hacer que cancelara algo por venir a comer conmigo, eso me haría sentir mal.

No recordaba que me hubiera dicho su edad real, pero me impacto escuchar que llevaba 100 años sin faltar ni una vez. Lo mire sonriendo, pero sin poder contener mi sorpresa ante esa cifra, aunque en realidad tendría que habérmelo imaginado.
-Bueno, si llevas tantos años sin faltar ni un día, te mereces un descanso. -Dije sonriendo mirándolo.

Sonreí escuchandolo, sintiendo sus labios en mi mejilla.
-Espero que te guste mi comida. Y siento que tengas que esperarme, aunque me encanta ser sirena, a veces esperar mi forma humana es algo aburrido. -Dije sonriendole levemente mientras bajaba mi mano a mi cola, acariciando mis escamas, ya no faltaba mucho. Besé su mejilla mientras cogía su mano entre las mías. Junto a el me sentía pequeña en todos los aspectos, la edad, la fuerza..

Sonreí escuchandolo, suponía que era propio de ángeles lo de que no le inportara, pero me gustaba saber que le gustaba pasar tiempo conmigo. Eso me hacia sentir especial.
-Eso me agrada, se que a veces esperar es aburrido, normalmente yo me aburro esperando sola. -Dije sonriendole antes de besar su mejilla. Ya faltaba poco, en nada volvería a ser humana y podríamos irnos.

Sonreí escuchandolo y asentí, era cierto, con el ya no me sentía sola. Todo sonaba bien con el. Observe sus ojos, sonriendo cuando vi que cogió una toalla y me la puso sobre la cola. Mire a mi alrededor y vi que un grupo de jóvenes se acercaba. Volví a mirarlo a el, ver humanos cerca en mi forma de sirena me ponía nerviosa. Y cuando más lo necesitaba, parecía el tiempo ir mucho más lento.

Noté que cogió mi mano y la agarré sin mirar a la gente que pasaba, no me atrevía ni a eso. Alce la vista al escucharlo y suspiré aliviada abrazandolo.
-Que susto he pasado. Gracias por taparme. -Dije cuando noté que por fin cambie y volvía a ser humana. Bajé la vista y así era. Me quite la toalla, poniéndome en pie, jamás me había alegrado tanto de ser humana de nuevo- ¿Nos vamos? -Dije tendiendo mi mano hacia el para ayudar a levantarse. Estaba deseando alejarme de aquí después de que casi me pillaran.

Sonreí al escucharlo y cogí mi mochila de donde la había dejado antes, y volví junto a el.
-A mi también me gusta mucho caminar contigo. En realidad me gusta hacer cualquier cosa contigo. Vamos, mi casa es por aquí. -Dije cogiendo su mano dulcemente, antes de echar a caminar, saliendo de la playa. Era la primera vez que llevaba alguien a mi casa,