Pasando el rato (Alastor)

Sonrei encogiendome de hombros. También era verdad que el podía secarse con sus esferas de luz.
-Pues también puedes bañarte así. -Dije sonriendo cuando llegamos a la playa, me quite las zapatillas y las cogí en mis manos dejando que mis pies descalzos notaran la arena. Camine por la arena saltando la mochila en la arena seca y justo al lado mis zapatillas. Quizás fuera una tontería, pero casi podía notar que el agua me llamaba.

Lo escuche y me sorprendió, pues no parecía haberse percatado de que yo le había seguido el beso durante unos breves segundos. Me acerque a él y suspire, colocando mi mano en su hombro.
-No lo sientas, me... me ha gustado. -Dije aún más ruborizada, sí eso era posible. ¿El sentía lo mismo o acababa de hacer la idiota?

No pude evitar sonreír al oírlo, al saber que a él también le gusto. El parecía no saber mucho de estos temas, aún menos que yo incluso. Así que sí eso le había gustado, yo daría el primer paso. Bajé la vista, bastante nerviosa.
-Alastor he de decirte algo. Desde que te conozco, y he ido hablando contigo, creo que siento algo por ti, algo fuerte. -Dije ruborizada, aún con mi mano sin apartarla de su hombro.

Sonreí al ver que se dio la vuelta y cogió mi mano, antes de decirme que el también sentía algo por mi y pedirme que fuera su novia. Eso me sorprendió mucho pero Asentí sonriendo.
-En verdad me encantaría Alastor. -Dije sonriendole feliz. Estaba tan sorprendida y emocionada que no sabía que más decir. Además de que jamás tuve una relacion con nadie y no sabía que se hacia.

Noté que volvió a besarme y está vez más segura de mi misma, le seguí el beso con dulzura, amoldando mis labios a los suyos con facilidad. Subí mis manos a su rostro, acariciando sus mejillas. Sus labios sabían bien, me gustaban notarlos con los míos. De mientras iba moviendo mi cola levemente para no hudirme en el agua. Este estanque sería ahora más especial que antes.

Continué besandolo mientras notaba que acariciaba mi cabello. Nade un poco hasta el borde del estanque, atrayendolo a el conmigo mientras me dejaba de caer sobre el borde del estanque para estar más cómoda, sin separarme en ningún momento de sus labios. Mis manos continuaban en sus mejillas, abrazandome a el, pasando mis brazos por su nuca.

Seguía besandolo con dulzura mientras notaba que bajo una de sus manos a mi cintura, mientras con la otra acariciaba mi cabello. El sabor de sus labios era inmejorable, jamás había disfrutado tanto con otra cosa que no fuera con sus besos. El entero era perfecto o a mi al menos me lo parecía.

Continué besandolo hasta que el se separó de mis labios pero sin separar sus manos de mi cintura, aún seguíamos abrazados. Escuche su propuesta y asentí sonriendo.
-Claro, pero ¿podrás con mi forma de sirena? Sí es de día sería peligroso, podrían verte, pero sí es de noche tendré mi forma natural, y la cola pesa bastante. -Dije mirándolo sonriendo. Además de noche con la luna el paisaje sería más espectacular.

Sonreí mirándolo y asentí.
-Me lo imagino, mi ángel. -Dije sonriendo dulcemente, notando que ponía su otra mano en mi cintura, abrazándome por la cintura. ¿Qué hora seria ya? Había perdido la cuenta del rato que hacía que salimos del instituto, sobre las 12 y media pasadas, y lo cierto es que empezaba a tener hambre- Creo que deberíamos volver a la playa, de la isla donde vivimos. -Dije sonriendo.

Sonreí mirándolo.
-Créeme, se puede salir por allí. Pero será más fácil por aquí. ¿Los ángeles podéis aguantar la respiración? Es algo largo el camino bajo agua, y no quiero que te me vayas a ahogar. -Dije mirándolo sonriendo y bese su mejilla.

Sonreí asintiendo.
-Saldremos a la superficie en cuanto salgamos de la grieta. Y si no, yo misma pasare oxígeno, se hacer el boca a boca. Y para la próxima vez te traes equipo de buceo, si quieres, sería bonito bucear contigo. -Dije sonriendo y agarre su mano con dulzura- Pues cuando quieras vamos. -Dije sonriendo.

No pude evitar reír al oír el comentario.
-No hará falta que te hagas el muerto. Otro día bucearemos entonces. -Dije sonriendo al oír lo que dijo después, y lo bese dulcemente durante unos breves segundos, antes de sumergirme en el agua, arrastrándolo suavemente conmigo, nadando hacia abajo, hasta la salida de la gruta.

Sonreí mirándolo de vez en cuando, estaba igual de hermoso bajo el agua. Continúe nadando y casi habíamos al final de la gruta submarina. Se estaba bien nadando con él. Al momento llegamos a la grieta, y salimos al mar.

Todo estaba muy oscuro, pero mi vista estaba acostumbrada a esta oscuridad, ya que era habitual nadar asi para mi. Pero ahora empezábamos a ascender hacia la superficie, y empezaba a verse mejor.